Concluyeron las Iº Jornadas Laudate Deum. Las mismas se realizaron durante los días 22 y 23 de octubre, en el predio de la Universidad Católica de Santiago del Estero. Pocos días después del 4 de octubre, fecha en que el documento fue emitido, un pequeño grupo de cristianos organizados, y preocupados por el cuidado de nuestra casa común, sintiéndose interpelados por el llamado a la acción antes de que sea demasiado tarde, se propuso realizar un acto de presentación pública de la exhortación.

Nos referimos a la Catedra Libre Laudato si, que se desarrolla en la EIE de la UNSE, y a Pastoral Universitaria de la UCSE. Nuestra inquietud, involucraba a las dos universidades, y, decidimos realizar un planteo formal a los rectores de ambas casas de estudios acercándoles la propuesta de la organización conjunta de estas ornadas. Quienes, acordaron un encuentro para dialogar en torno a la propuesta, y aceptaron gustosamente ser parte de este emprendimiento. Luego, dialogamos con el obispo diocesano, quien con decisión nos brindó su respaldo.

Desde el comienzo, lo imaginamos como un evento parte de un proceso que ya venimos realizando. Decidimos informar e invitar a otras organizaciones y estructuras eclesiales, convencidos de que no estamos solos, que hay muchos/as personas con conciencia y vocación de servicio dispuestas a unir esfuerzos para intentar revertir el rumbo suicida en el que avanza la humanidad. La propuesta fue bien recibida, otras organizaciones de la diocesis y de la región, prometieron sumarse. Así decidimos realizar una jornada de dos días, en lugar de una actividad de tres horas. Concretamente se integraron el equipo diocesano de Pastoral Social de la Diocesis, el equipo de articulación de las CEBs, y el movimiento Juvenil Eslabon.

El desafío era inmenso, estábamos en medio de una elección presidencial, los colegios, las universidades, cerrando el ciclo anual con evaluaciones y exámenes finales, las parroquias con actividades propias de fin de año, como primeras comuniones, confirmaciones y fiestas patronales. Además, del cansancio de la época. De todos modos, nos lanzamos al desafío con un equipo de pocas personas, pero entusiastas en la asunción de la responsabilidad. Así, llegamos a nuestras jornadas.

El día miércoles veintidós de noviembre, fuimos sorprendidos por dos hechos auspiciosos: amanecimos con un clima fresco primaveral, después de un martes castigado por un calor agobiante. Además, la página web de las jornadas, indicaba la cantidad de 121 inscriptos. En el horario previsto, había ya un salón auditorio con un numero discreto de personas, esperando el inicio del evento. Cosa que ocurrió con, unos setenta participantes presenciales, y unos treinta que lo hacían en forma virtual. La actividad se inicio con el acto inaugural en el que, hablaron el Ing. Luis Lucena, rector de la UCSE, el ing. Héctor Paz, rector de la UNSE y el Obispo Diocesano.

El ingeniero Lucena, destaco la continuidad y complementariedad entre la encíclica Laudato si, y la Exhortación apostólica Laudate Deum. Señalando que mientras la primera es de carácter doctrinario y programático, la segunda es un llamado a la acción para revertir la situación de una madre tierra expoliada, y mal tratada. Expreso su esperanza de que estas I Jornadas, en sus comisiones de trabajo produzcan propuestas concretas y viables de acción. A su turno el ing. Héctor Paz, destaco que la UNSE viene trabajando desde hace ya varios años en articulación con la Asociación Civil Laudato si, en la Catedra Libre, y otros equipos de trabajo, además de estar integradas a la red de Universidades Laudato sí. Relato la experiencia vivida en Roma con ocasión del encuentro mundial de Universidades Laudato si, y trajo a este recinto un fragmento del discurso del Papa Francisco en esa ocasion, exhortando a una educación integral, sintetizada en la propuesta de una formación que desarrolle e integre mente, corazón y manos. Mente para conocer el mundo, corazón para compartir y acoger al hermano, y manos para transformar el mundo, tornándolo habitable. Considero que esa propuesta debería ser acogida en el seno de este encuentro, sobre todo, en las comisiones de trabajo.

Finalmente, el Obispo Diocesano, ofreció un discurso en el que se refirió a la gravedad de la crisis que sufre la humanidad por el calentamiento global, que se acelero por causas antrópicas, y destaco el pensamiento del sumo Pontífice, de que “un ser humano que pretende ocupar el lugar de Dios, se convierte en el peor peligro para sí mismo”, aludiendo al inmenso poder que la ciencia y la tecnología ponen en manos de una pequeña porción de la humanidad, que manejado sin limites éticos, nos pone a todos/as al borde del abismo.

Luego del acto inaugural, se conformaron las comisiones de trabajo en torno a cuatro ejes: Tierra y territorio, Identidad, pastoral y comunicación. Se trabajo con dinamismo hasta el momento del primer panel de la Jornada, que era muy esperado por el nivel de los disertantes.